ISSN electrónico: 1885-5210
DOI: https://doi.org/10.14201/rmc.30984

FLORENCE NIGHTINGALE. CUATRO VISIONES CINEMATOGRÁFICAS DE UNA PIONERA DE LA ENFERMERÍA

Florence Nightingale. Four Cinematic Visions of a Nursing Pioneer

Manuel SÁNCHEZ-ANGULO

Universidad Miguel Hernández, Elche, Alicante (España).

Correos electrónicos: m.sanchez@umh.es

Recibido: 22 de noviembre de 2022
Aceptación: 12 de diciembre de 2022

Resumen

Florence Nightingale está considerada como la fundadora de la enfermería moderna. Además, tuvo un papel relevante en otras áreas como la estadística o el movimiento feminista. No es de extrañar que su legado a la posteridad sea muy variado y que se le hayan dedicado diversas películas y documentales. En este artículo se repasan las cuatro películas sonoras dedicadas a su biografía.

Palabras clave: Florence Nightingale; enfermería; estadística clínica; cólera; disentería.

Abstract

Florence Nightingale is considered the founder of modern nursing. She also played an important role in other areas such as statistics and the feminist movement. It is not surprising her legacy to posterity is wide-ranging and a number of films and documentaries have been dedicated to her. This article reviews the four sound films dedicated to her biography.

Keywords: Florence Nightingale; nursing; clinical statistics; cholera; dysentery.

Breve biografía Florence Nightingale

Florence Nightingale nació el 12 de mayo de 1820 en Florencia. Era la segunda hija del matrimonio formado por William Edward Nightingale y Frances Smith, una familia británica acomodada1. Ambos eran muy ilustrados y dieron a sus dos hijas, Parthenope y Florence, la mejor educación posible en historia, matemáticas, filosofía y literatura. Durante su adolescencia, Nightingale comenzó a desarrollar un carácter muy independiente, pero a la vez también sintió una «llamada divina» para dedicarse al servicio a los más necesitados. En 1838 sus padres realizaron un nuevo viaje por Europa y en Paris conoció a la escritora Mary Clarke. Aunque era 27 años mayor que Nightingale, se hicieron grandes amigas. Se considera que Mary Clarke fue la que influyó decisivamente en el carácter de Nightingale y la que le imbuyó las ideas de igualdad entre hombres y mujeres. Su familia, sin embargo, esperaba de ella que se comportara como una mujer de la alta sociedad británica. Es decir, tenía que buscar un marido con una buena posición social y darle muchos hijos. Pero Nightingale sentía que su devoción era la enfermería y tras varios años convenció a sus padres para que le permitieran que iniciase los estudios. Gracias a sus viajes por Europa, Nightingale conoció la comunidad religiosa de Kaiserswerth-am-Rhein dirigida por el reverendo Theodor Fliedner y que estaba dedicada al cuidado de los enfermos. En 1850 viajó a Alemania a dicha comunidad y recibió allí su formación como enfermera. Tras ello, volvió a Inglaterra y en 1853 fue nombrada superintendente del Institute for the Care of Sick Gentlewomen, un hospital para damas de la alta sociedad, puesto que desempeño hasta 1854. En ese año se ofreció voluntaria para ir a cuidar a las tropas que combatían en la Guerra de Crimea. Junto con otras 38 enfermeras, entre ellas 15 monjas católicas, viajó hasta el hospital militar de Scutari (hoy Uskudar) en Turquía. Debido a las malas condiciones sanitarias la mayor parte de los soldados morían por cólera, disentería o por fiebre tifoidea y no por sus heridas en combate. Tras luchar contra la burocracia militar – Nightingale llegaría a escribir: the three things that all but destroyed the army in Crimea were ignorance, incapacity, and useless rules2 - las enfermeras mejoraron sustancialmente las instalaciones, la higiene, el cuidado y la comida de los pacientes, lo que se tradujo en una menor mortalidad de los soldados heridos. Durante sus estancia en Crimea enfermó posiblemente de brucelosis por lo que, de vez en cuando, caía en un estado de debilitamiento que la postraba en una silla o le hacía guardar cama3. A su vuelta a Inglaterra se preocupó en presentar todos los datos estadísticos que había recogido, en mejorar las instituciones hospitalarias y en la formación de nuevas enfermeras mediante una carrera especializada. La primera Escuela de Enfermería fue establecida en el Hospital de Saint Thomas en el año 1860. A pesar de su afección contraída en Crimea, Nightingale desarrolló una intensa actividad tanto en la práctica de la enfermería, la estadística y en la lucha por la igualdad de la mujer (sus trabajos y correspondencia pueden ser consultados en la web The Collected Works of Florence Nightingale https://cwfn.uoguelph.ca). Murió mientras dormía a la edad de 90 años.

The White Angel (1936)

Ficha técnica

Título original: The White Angel.

País: Estados Unidos.

Año: 1936.

Director: William Dieterle.

Música: Heinz Roemheld.

Fotografía: Tony Gaudio.

Montaje: Warren Low.

Guion: Mordaunt Shairp, Henry Wadsworth Longfellow, Michael Jacoby, Lytton Strachey.

Intérpretes: Kay Francis, Ian Hunter, Donald Woods, Nigel Bruce, Donald Crisp, Ferdinand Munier.

Idioma original: Inglés.

Color: Blanco y Negro.

Duración: 92 minutos.

Género: Biografía y drama.

Productora: Warner Bros.

Enlaces: https://www.imdb.com/title/tt0028499/

Trailer: https://www.imdb.com/video/vi2477375513/?playlistId=tt0028499&ref_=tt_pr_ov_vi

La famosa enfermera ha aparecido en diversas películas y documentales, incluso se ha recreado su vida en dibujos animados. La primera obra filmada dedicada enteramente a ella fue la película muda Florence Nightingale (1915) de Maurice Elvey. Once años después, se estrenó The White Angel (1936) de William Dieterle, el primer biopic sonoro de Nightingale. Dieterle acababa de dirigir La tragedia de Louis Pasteur / The Story of Louis Pasteur (1936) que fue un éxito de taquilla, así que la productora Warner Bros decidió que debía continuar explotando el filón y decidió poner toda la carne en el asador. La película sería protagonizada por Kay Francis, la principal actriz de la Warner Bros, cuyo sueldo era de más de 100.000 dólares al año (para ponernos en situación, el caché de la actriz Bette Davis en 1936 era de 18.000 dólares anuales). Además, la película iba a ser una superproducción que alcanzaría los 500.000 dólares de gasto (unos 250 millones para una película actual). No le fue mal ya que recaudó en taquilla 1.416.000 dólares4.

Nada más empezar se nos dice que la reina Victoria es la única mujer inglesa con derecho a expresarse como un hombre, poniendo de relieve el invisible papel de la mujer en la sociedad inglesa de mediados del siglo XIX. Dieterle nos muestra un Londres que, a pesar de ser la capital de un imperio, es tenebroso y sucio, y en el que los hospitales son cubículos para borrachos y prostitutas. Vemos como un sirviente solicita una enfermera con las siguientes características: «She must be a reliable woman, who doesn’t drink and can keep her hands off things». En otro plano vemos como una mujer ruega a su marido que se la lleve a casa debido al trato brutal de las enfermeras. Ante tan terrible situación, el gobierno forma una comisión para abordar el problema y uno de sus miembros es William Nightingale. La joven Nightingale lee el informe de la comisión y es entonces cuando despierta su vocación para cuidar de los enfermos. Tras su paso por la escuela de enfermeras en Alemania vuelve a Londres, pero allí menosprecian sus conocimientos, ya que solo los ven adecuados para el cuidado de su futuro marido y para la crianza de sus hijos, como buena británica de clase alta.

Con el estallido de la Crimea la situación cambia por completo para a Nightingale. El número de heridos es tan alto y las condiciones de los hospitales tan malas, que el servicio médico militar no da abasto, por lo que el gobierno británico se ve obligado a mandar a un grupo de enfermeras voluntarias seleccionadas por a Nightingale. Es interesante la secuencia en la que entrevista a las candidatas, y en la que rechaza tanto a una enfermera con pinta de alcohólica que ha estado en numerosos hospitales, como a la típica dama de la alta sociedad que cree que se va de aventura. Cuando llegan a su destino en Scutari las enfermeras descubren el hospital son unos antiguos barracones militares y que las condiciones de higiene son mucho peores de lo que pensaban. Por si fuera poco, hay un brote de fiebre tifoidea entre los enfermos. El director del hospital militar las pone inmediatamente a trabajar, confiando en que las duras condiciones las desanimarán. Pero Nightingale y sus enfermeras se ponen manos a la obra y lo primero que hacen es empezar a airear y limpiar las estancias. A continuación, separan a los enfermos de fiebres tifoidea del resto de pacientes. El siguiente enemigo al que se enfrentan es la temible burocracia militar que les impide tener sabanas y vendas en cantidades suficientes y en el tiempo adecuado. Finalmente, también tiene que lidiar con las mujeres de la alta sociedad que piensan que «hacer de enfermeras» es un divertimento más para conocer a apuestos oficiales militares. Pero Nightingale y sus enfermeras son infatigables y poco a poco van consiguiendo mejorar las condiciones sanitarias del hospital de Scutari. Como no podía ser menos, Dieterle recrea en una secuencia las famosas rondas nocturnas de Nightingale con su lámpara visitando todas las salas del hospital. Otro aspecto a destacar es que aparece el cocinero Alexis Soyer. Gracias a él se mejoró sustancialmente la dieta de los enfermos y también de los soldados, ya que inventó unas galletas a base de legumbres que prevenían el escorbuto. Nightingale no se detiene ante nada para cuidar de los soldados, incluso yendo a las trincheras, donde contrae el cólera. Es evacuada y durante su convalecencia, la supervisión de las enfermeras recae sobre la dama de la alta sociedad que intentó alistarse al principio y que demuestra ser una completa incompetente. Nightingale se ve forzada a volver a trabajar para poner el hospital en condiciones, a pesar de la oposición del médico militar que lo dirige, pero afortunadamente tiene el apoyo del pueblo británico. Al finalizar la guerra una comisión gubernamental se reúne y determina que ha conseguido reducir el porcentaje de mortalidad del 56 % al 6 %. Incluso el médico militar que se oponía a ella no tiene más remedio que aceptar la evidencia.

En la secuencia final de la audiencia con la reina Victoria se refleja el punto de inflexión que supuso Florence Nightingale en el reconocimiento de la labor de las mujeres en las sociedades modernas. Antes de la audiencia Nightingale es recibida por Mr. Bullock, el subsecretario de guerra, la persona que ha intentado por todos los medios minar su labor. Y la razón de ello es que ella es «dangerously progressive». Nightingale teme que la reina haga caso a Bullock y desestime toda la labor realizada por las enfermeras, así que empieza a improvisar un discurso frente a un retrato de la reina en el que resume todos los valores y deberes de las enfermeras hacia el cuidado de los enfermos, sin saber que a sus espaldas está la propia reina escuchándola. Esta secuencia final es muy acorde al tono melodramático tan del gusto de los años 30 del pasado siglo, pero que ahora está completamente desfasado. Otra flaqueza de la película es que la interpretación de Kay Francis es demasiado «virginal» y casi siempre aparece con un vestido blanco inmaculado. Quizás los guionistas debieron pensar que sería una buena idea que el personaje de Nightingale soltara repetidas admoniciones sobre el cuidado de los enfermos o la importancia de la higiene (la película es de 1936, una sociedad sin antibióticos en el que las infecciones podían ser un serio problema). Lo malo es que Kay Francis no deja de hacerlo con una exagerada «cara de santa», tal y como se ve en el cartel de la película. Finalmente, en la película no hay ninguna referencia al trabajo de Florence Nightingale como pionera de la estadística.

The Lady with a lamp (1951)

Ficha técnica

Título original: The Lady with a Lamp.

País: Gran Bretaña.

Año: 1951.

Director: Herbert Wilcox.

Música: Anthony Collins.

Fotografía: Mutz Greenbaum (como Max Greene).

Montaje: Bill Lewthwaite.

Guion: Warren Chetham Strode basado en una obra de Reginald Berkeley.

Intérpretes: Anna Neagle, Michael Wilding, Helen Shingler,Felix Aylmer, Arthur Young, Clement McCallin.

Idioma original: Inglés.

Color: Blanco y Negro.

Duración: 110 minutos.

Género: Biografía y drama.

Productora: Imperadio.

Enlaces: https://www.imdb.com/title/tt0043724/

Trailer: https://youtu.be/O7I8_iPi704

Esta película británica es la adaptación de la obra teatral del mismo nombre escrita por Reginald Berkeley en 1929. Aunque no fue estrenada en España actualmente es accesible gracias a las plataformas digitales. La película intenta ser mucho más rigurosa desde el punto de vista histórico, ya que aparecen interpretados un gran número de personajes con sus nombres reales -por ejemplo, se nombra al doctor Menzies como director del hospital de Scutari- y en muchas ocasiones aparece sobreimpresa la fecha y lugar donde va a suceder algún acontecimiento importante. Un detalle más, la lampara con la que aparece en el cartel y en la película es una recreación de la auténtica lampara turca que utilizó2. Además, Florence Nightingale no va a ser la única protagonista. En paralelo se va a desarrollar una interesante trama política que nos va a explicar los esfuerzos llevados a cabo por el ministro de la guerra Sidney Herbert (Michael Wilding) para apoyar las iniciativas de Nightingale en vistas a mejorar las condiciones sanitarias de los soldados.

La película comienza alrededor de 1852, cuando Nightingale ya ha acabado su formación como enfermera en Alemania. Aunque la vemos disfrutando como una joven más en un baile de la alta sociedad inglesa, en realidad ya está plenamente comprometida con su vocación de dedicarse al cuidado de los demás pues se nos muestra como rechaza el matrimonio con el poeta Richard M. Milnes, que la estuvo cortejando durante nueve años. Por si no nos había quedad claro su determinación, posteriormente se nos muestra cómo va a cuidar a la madre enferma de uno de los jardineros de la finca donde vive. Allí instruye al hijo para que tenga la casa limpia y que sobre todo abra las ventanas y airee la vivienda. Hay que tener en cuenta que en esa época estaba en vigor la teoría miasmática de la enfermedad y que se pensaba que diversas afecciones eran causadas por el aire enrarecido. Sería mucho más adelante cuando se establecería la teoría de los gérmenes infecciosos gracias a los trabajos de Pasteur y Koch. Y cuando se comprobó, Florence Nightingale no dudó en proponer medidas higiénicas para prevenir las infecciones5.

Como era de esperar, la familia no ve nada bien que se dedique a la enfermería, un trabajo visto como «inmoral». Su madre comenta que una mujer «may bandage a man below the knee or above the shoulder, but nowhere else». En otra secuencia, la familia Nightingale ha invitado a cenar a Lord Palmerston y a Sidney Herbert. Durante la conversación la madre de Nightingale comenta que el único trabajo adecuado para una señora (a lady) es la de gobernanta en la casa de un noble, pero que en realidad su tarea debería ser casarse y dar muchos hijos. Evidentemente Nightingale salta y le responde «Why should not a woman, if she has the brains, become a doctor or even a lawyer?». Sidney Herbert defiende la postura de Nightingale pues piensa que los tiempos están cambiando y que en el futuro las mujeres podrán dedicarse a lo que quieran, incluida la política. Lord Palmerston entonces hace referencia a que contratar enfermeras para los hospitales militares sería desastroso, ya que lo soldados vienen de las clases más bajas y las enfermeras son unas mujerzuelas. Pero Nightingale insiste en que las enfermeras militares deberían ser seleccionadas rigurosamente y cumplir una disciplina estricta. Unos días después, Sidney Herbert le ofrece el puesto de superintendente del Hospital for Sick Gentlewomen, y una vez allí decide que el hospital debe de estar abierto a todas las mujeres, sin importar su religión o status.

Estalla la guerra de Crimea y las bajas británicas son mucho mayores de lo esperado. El periodista Howard Russell publica noticias sobre la mala atención de los heridos por parte de la sanidad militar y el público británico exige que esos cuidados se mejoren y que hagan como los franceses, que tiene un cuerpo de monjas – las Hermanas de la Caridad – dedicado a labores de enfermería. El gobierno se ve forzado a enviar a Nightingale y sus enfermeras a Turquía y en noviembre de 1854 llegan al hospital de Scutari. Allí son recibidas por el doctor Menzies que las pone a realizar tareas de limpieza y cocina, pero no a cuidar enfermos. Eso solivianta a las enfermeras, pero como dice Nightingale, ellas deben de ser disciplinadas y cumplir las órdenes. Pasan los días y los heridos siguen llegando, pero ellas siguen sin poder atender a los heridos. Nightingale no deja de insistir a los mandos militares o al embajador británico, pero nada cambia y los heridos siguen muriendo. Hasta que el periodista Howard Russell vuelve a interesarse por la situación. Entonces sí que son puestas a cuidar a los heridos y la mortalidad comienza a bajar. Sin embargo, para Sidney Herbert es demasiado tarde y se ve forzado a dimitir. Mientras Nightingale sigue con su labor humanitaria y al visitar las instalaciones en Crimea cae enferma de la «fiebre de Crimea». Tras varios días consigue recuperarse y vuelve a Scutari. Al poco la guerra termina y para muchos ella es una heroína que ha salvado a miles. Se planea realizar un gran recibimiento, pero ella consigue viajar de incognito como una tal «Mrs. Smith». Una vez en Inglaterra comienza su labor para instaurar una auténtica escuela de enfermería. Volvemos a ver una secuencia en la que es recibida por la reina Victoria y su marido, pero no es tan solemne como la de The White Angel. Gracias al apoyo real no solo conseguirá que se funde una escuela de enfermería, sino también se forma una comisión real para examinar las condiciones de los hospitales en todo el Imperio Británico. La película acaba con una secuencia en la que vemos a una Nightingale de 90 años, en su casa, y sobre una mesa una montaña de libros y planos de hospitales, representado toda la labor de su vida.

Florence Nightingale (1985)

Ficha técnica

Título original: Florence Nightingale.

País: Gran Bretaña.

Año: 1985.

Director: Daryl Duke.

Música: Stanley Myers.

Fotografía: Jack Hildyard.

Montaje: Bill Lenny.

Guion: Ivan Moffat, Rose Leiman Goldemberg

Intérpretes: Jaclyn Smith, Timothy Dalton, Claire Bloom, Peter McEnery, Jeremy Brett, Brian Cox, Timothy West.

Idioma original: Inglés.

Color: Color.

Duración: 140 minutos.

Género: Biografía y drama.

Productora: Cypress Point Productions.

Enlaces: https://www.imdb.com/title/tt0089157/

Trailer: https://youtu.be/PtiYFsL3qkM

Esta producción para televisión tampoco fue estrenada en España, aunque es relativamente sencilla de encontrar en la internet. Creo que es la más floja de las cuatro ya que se cuenta la biografía de Nightingale como si fuera una historia de amor romántico (véase la carátula del DVD) algo muy en boga en los seriales televisivos de la época. La mitad de la proyección está dedicada al infructuoso romance entre Florence Nightingale (Jaclyn Smith) y el poeta Richard M. Milnes (Timothy Dalton), que además es el narrador del relato. Por si fuera poco, también hay un romance inventado entre Nightingale y el doctor John Sutherland, miembro de la Comisión Real que fue a inspeccionar las instalaciones sanitarias en Turquía y Crimea.

A pesar de esos defectos la película es entretenida. Se nota que el director Daryl Duke debió de ver las anteriores películas de 1936 y 1951 ya que reproduce alguna de sus escenas como por ejemplo la visita de la joven Nightingale a la casa de una de las sirvientes enfermas, los bailes de la alta sociedad, o las discusiones con su familia en las que ella expone sus ideas y su vocación de ser enfermera. Al comienzo se nos indica que estamos en la Inglaterra de Dickens, con sus dos clases sociales más importantes - «the very rich and the very poor» – pero que también es una época de gran ignorancia médica y en la que una fractura de una extremidad podía significar la pérdida de la misma, sobre todo por la falta de cuidados adecuados. Eso se ve bastante bien reflejado en una secuencia en la que Nightingale visita el hospital de Middlesex y que recuerda al comienzo de The White Angel.

Al centrarse en el aspecto romántico gran parte de la película está dedicada a las conversaciones de Florence con Richard o a las discusiones familiares sobre sus pretensiones de ser enfermera. Brevemente vemos su formación en Kaiserswerth-am-Rhein, donde se nos muestra su gran empatía hacia el sufrimiento de los enfermos cuando coge la mano a un paciente durante la amputación de su pierna. A su vuelta, Sidney Herbert (Peter McEnery) consigue que sea admitida como administradora del Hospital for Distressed Gentlewomen donde demostrará sus dotes como administradora y su celo profesional. En una secuencia reprende a una enfermera veterana porque no se ha dado cuenta de que un medicamento era «muriatic acid» (ácido clorhídrico) y no era un bálsamo.

Los reportajes del periodista Howard Russell (Timothy West) sobre las condiciones de los heridos en la guerra de Crimea obligan al gobierno británico a dejar de lado sus prejuicios sobre usar mujeres como enfermeras militares. Volvemos a ver a Nightingale seleccionando a las candidatas, incluyendo a la enfermera a la que regañó anteriormente. Cuando llega a Scutari volvemos a ver las terribles condiciones del hospital, pero aquí los guionistas deciden introducir una nota histórica bastante curiosa. Además del doctor Menzies como director del hospital también vemos al doctor Hall, el inspector general de medicina militar. Este último es famoso porque escribió un memorándum en el que desaconsejaba el uso del cloroformo como anestésico para los soldados heridos6. Así que se incluye una escena en la que este doctor entra en una sala de operaciones, le quita el cloroformo al cirujano y mientras coge un cuchillo declama: «The smart of the knife is a powerful stimulant. It is much better to hear a man bawl lustily tan to see him sink silently into the grave».

Hay otras secuencias interesantes como cuando el doctor Menzies reconoce que el flujo de heridos tras la batalla de Inkerman es tan grande que recurre a Nightingale y sus enfermeras. En la siguiente escena vemos como Nightingale recibe a los heridos a las puertas del hospital y allí realiza un triaje. Otra secuencia es cuando un soldado le comenta a Nightingale que una de las camas está maldita, ya que todos los que reposan en ella mueren al cabo de un tiempo. Ella observa que hay humedad en la pared y que rezuma del deficiente alcantarillado, así que atribuye la muerte a las miasmas de esa agua putrefacta (recordemos que en ese momento era la teoría en boga sobre el origen de las enfermedades). No duda en llevar a los miembros de la comisión real a ver las deplorables condiciones del alcantarillado para que tomen medidas y mejoren el hospital de Scutari.

La película también tiene unos cuantos errores históricos como escuchar el sonido de ametralladoras en las escenas de combate, un arma que no fue usada en la guerra de Crimea. Aunque el que más me llamó la atención fue la atribución de la invención del lenguaje braille a una escuela norteamericana en Boston, cuando en realidad fue desarrollado por el francés Louis Braille en 1824.

Florence Nightingale (2008)

Ficha técnica

Título original: Florence Nightingale.

País: Gran Bretaña.

Año: 2008.

Director: Norman Stone.

Música: Jeremy Soule.

Fotografía: Mike Fox.

Montaje: Colin Goudie.

Guion: Norman Stone.

Intérpretes: Laura Fraser, Michael Pennington, Ian Bartholomew.

Idioma original: Inglés.

Color: Color.

Duración: 60 minutos.

Género: Biografía y drama.

Productora: BBC.

Enlaces: https://www.imdb.com/title/tt1194121/

La última de las películas también se trata de una producción para la televisión en forma de documental dramatizado en la que la propia Nightingale se dirige al espectador en más de una ocasión, rompiendo la cuarta pared. Esta producción es fácilmente localizable en YouTube. Un detalle curioso es que empieza justo donde acaba la anterior, Nightingale llega a su casa después de la guerra de Crimea. Creo que es la más interesante de las cuatro películas comentadas porque precisamente trata de su vida posterior en Inglaterra, de lo que llegó a hacer y de cómo se construyó su leyenda. También se hace referencia a los años anteriores mediante flashbacks. Así vemos el momento en que «escuchó la llamada de Dios» o cómo se enfrentó a su familia al negarse a casarse y dedicarse a la enfermería. También es muy interesante que, para la descripción de diversas situaciones, como, por ejemplo, la batalla de Balaclava o la entrevista con la reina Victoria, se utilizan una serie de representaciones musicales al estilo de los vodeviles de la época. Después de entrevistarse con la reina, lo que daría origen a la formación de la Comisión Real para el examen de los hospitales militares, es cuando el primer ministro Lord Palmerston le pide a Nightingale que elabore un informe sobre las bajas en el ejército durante la guerra de Crimea. Ella se encierra en una habitación del hotel Burlington y allí comienza a recordar su estancia en el hospital de Scutari y como John Hall las ignoró hasta que llegaron los numerosos heridos de la batalla de Inkerman y no tuvo más remedio que acceder a su ayuda. A pesar de ello, aún tuvo que seguir luchando con la incompetencia de los burócratas militares, pero como ella misma recalca, tenía a dos aliados: Dios y el ministro Sidney Herbert. Y así la vemos escribir numerosas cartas y apuntes en las que se van recogiendo las cifras de fallecidos según pasan los días.

Un interesante personaje que aparece exclusivamente en esta producción es el doctor William Farr, responsable junto con Nightingale de la realización del llamado «diagrama de la rosa» sobre las causas de mortalidad entre los soldados del hospital de Scutari7. Y aquí está sin duda lo más interesante de esta película. Los datos recogidos por Nightingale indicaban que la mayor parte de los soldados murieron por disentería o afecciones gastrointestinales debido a las filtraciones por las malas condiciones del alcantarillado – se llegó a encontrar un caballo muerto en los depósitos de agua - y que hasta que dichas instalaciones no fueron arregladas, no hubo bajada significativa de la mortalidad, sin importar si los soldados habían sido bien tratados por las enfermeras o no. Ella tuvo la honestidad suficiente de reconocer que sus medidas no habían sido totalmente adecuadas a la situación.

El personaje real y el personaje cinematográfico.

Florence Nightingale llegó a convertirse en una heroína para la sociedad británica victoriana y todavía hoy se la sigue viendo como una de las grandes figuras históricas de Gran Bretaña. Como es lógico, en las películas biográficas se tiende a ensalzar los aspectos positivos del personaje y a minimizar, o incluso omitir, lo negativo. Además, la historia de esta pionera de la enfermería es un modelo ideal de la lucha de un David contra un malvado Goliat: una débil mujer enfrentándose al poderoso, pero muy incompetente, ejército imperial británico.

Hay varios puntos en común entre las cuatro producciones. En todas ellas aparece la guerra de Crimea, las condiciones del hospital de Scutari y los problemas con la burocracia militar. También aparecen momentos más personales e íntimos como el carácter profundamente religioso del personaje y el respeto a los pacientes y a una muerte digna cuando asiste a los soldados moribundos. Pero al mismo tiempo hay diferencias sustanciales entre ellas. Se puede observar una evolución del personaje cinematográfico que en parte refleja los gustos de la sociedad en las que fueron realizadas las diferentes películas. En The White Angel Nightingale es representada como una santa, que incluso entra como Jesús en el templo cuando vuelve a Scutari después de su convalecencia en Crimea. Y algo similar ocurre con el serial televisivo de 1985, en el que Nightingale se enfrenta a las tentaciones de la carne representadas por el poeta Milnes, y en el que no dudan en inventarse un supuesto romance con el doctor John Sutherland. En contraste el personaje de Nightingale en The Lady with a Lamp es algo más mundano y cercano, ya que llega a intrigar con el político Sidney Herbert para poder llevar a cabo sus buenas acciones. Incluso en algunos momentos parece mostrar más intransigencia que determinación. La «humanización» completa la tenemos en el documental dramatizado del 2008, en el que el personaje de Nightingale parece una mujer contemporánea, que conversa con el espectador y le cuenta tanto como fue su «experiencia divina» como sus fallos en el cuidado de los enfermos.

Otra aspecto interesante es que las cuatro producciones también coinciden en omitir o distorsionar algunos aspectos de la biografía de Nightingale. Por ejemplo, se obvian los enfrentamientos con Mary Seacole y con la monja Mary Francis Bridgeman sobre el cuidado de los enfermos. En The White Angel el chef Alexis Soyer ayuda Florence Nightingale, cuando en realidad estuvo trabajando en el «British Hotel» regentado por Mary Seacole. Otro ejemplo son los puntos de vista sobre el feminismo que tenía Nightingale. En The Lady with a Lamp defiende con diligencia que una mujer es tan capaz como un hombre pero que nunca debería ir al ejército porque lo considera absurdo. De hecho, llegó a escribir que en su opinión las mujeres no eran tan capaces como los hombres en algunas tareas. Quizás por eso no sea considerado como uno de los grandes iconos feministas de la historia8.

De lo que no cabe ninguna duda es que Florence Nightingale fue una gran mujer que dejó una marca indeleble en la historia de la medicina.

Referencias

1. Selanders L. Florence Nightingale. British nurse, statistician, and social reformer. Britannica Online. [accedido el 23 de octubre de 2002].

2. Gill CJ, Gill GC. Nightingale in Scutari: Her Legacy Reexamined. Clin. Infect. Dis. 2005; 40 (12): 1799–1805.

3. Dossey BM. Florence Nightingale: Her Crimean Fever and Chronic Illness. J. Holist Nurs. 2010; 28(1): 38-53.

4. Sánchez M. Biofilm del mes: El ángel blanco. NoticiaSEM 2021; 155: 20.

5. Symington V. Schoolzone: Florence Nightingale – The Life and Times of the First Advocate for Good Hygiene. Web de la Microbiology Society- 2011. [accedido el 15 de noviembre de 2022].

6. Connor H. The Use of Chloroform by British Army Surgeons during the Crimean War. Med. Hist. 1998; 42 (2): 161-193.

7. Álvarez JP, Guevara M, Orellana C. Florence Nightingale, la enfermería y la estadística. Otra mujer fantástica. Rev. Med. Clin. Condes. 2018; 29(3): 372-379.

8. Showalter E. Florence Nightingale's Feminist Complaint: Women, Religion, and "Suggestions for Thought". Signs: Journal of Women in Culture and Society 1981. 6(3): 395-412.